ARTISTA
Gran parte de mi inspiración proviene de la naturaleza y me encuentro constantemente atenta a los más pequeños detalles. Intento comprender, aunque sea por un instante, lo que es efímero… impermanente. Las texturas, la luz, el «silencio». La vida se vive en todos los niveles y sólo es cuestión de abrir las líneas de comunicación.
Cuando un ceramista pone arcilla en el horno, entregamos la pieza a un ambiente de fuego y óxidos fundidos, y esas complejas reacciones químicas se entrelazan y cambian.
Para mí es abrumador descubrir que las sorpresas inesperadas son a menudo los caminos más interesantes a seguir.
Creo que mi responsabilidad como artista es el acto de alimentar los misterios. Buscar la voz en lo más profundo de mi ser y traducirla en el material con el que trabajo. Si de alguna manera puedo moldear estos sentimientos intangibles en forma, en arcilla, eso es lo que dará honestidad y fuerza a mi trabajo. Si puedo compartir mi visión y comunicarla a otros, entonces el círculo está completo.